miércoles, 24 de agosto de 2011

"La vida es el regalo que Dios nos hace.  La forma en que vivas tu vida, es el regalo que le haces a Dios."

miércoles, 17 de agosto de 2011

Comentarios de la carrera literaria de Jose Maria Arguedas



Todas las sangres

Todas las sangres 

Es la quinta novela del escritor peruano José María Arguedas , publicada en 1964. Es la novela más larga de dicho autor, y la más ambiciosa, siendo un retrato de la vida peruana, por medio de la representación de escenarios geográficos y sociales de todo el país, aunque el foco se sitúa en la sierra. El título alude a la variedad racial, regional y cultural de la nación peruana. La novela se desenvuelve entre dos ideas fundamentales: el peligro de la inclusion imperialista en el país por intermedio de las grandes transnacionales y el problema de la modernización del mundo indígena.



Argumento

La novela se inicia con el suicidio de don Andrés Aragón de Peralta, jefe de la familia más poderosa de la villa de San Pedro de Lahuaymarca, en la sierra del Perú. Su muerte anuncia el fin del sistema feudal que hasta entonces ha predominado en la región. Don Andrés deja dos hijos: don Fermín y don Bruno, enemigos y rivales, quienes en vida del padre se habían ya repartido sus inmensas propiedades.
El conflicto principal gira en torno a la explotación de la mina Apar’cora, descubierta por don Fermín en sus tierras. Don Fermín, prototipo del capitalista nacional, quiere explotar la mina y traer el progreso a la región, a lo que se opone su hermano don Bruno, latifundista tradicional y fanático católico, que no quiere que sus colonos o siervos indios se contaminen de la modernidad, que según su juicio corrompe a las personas.
Con la llegada de un consorcio internacional –la Wisther-Bozart– se inicia la disputa por el control de la mina de plata . Don Fermín no puede competir ante la gigante transnacional y se ve obligado a venderle la mina, que desde entonces adopta el nombre de Compañía Minera Aparcora. Ante la necesidad de abundante agua para el trabajo de la mina, la compañía muestra interés por las tierras del pueblo y de las comunidades campesinas aledañas, obligando a que se los vendan a precios irrisorios; para ello cuenta con la complicidad de las autoridades corruptas. La compañía actúa como una fuerza desintegradora que hace de todo para conseguir el máximo lucro, sin importarle los perjuicios que causa a los pobladores. Se inicia entonces un proceso de convulsión que lleva a la movilización del campesinado liderado por Rendón Willka, un comunero indio que ha vivido en la capital del país donde ha aprendido mucho. Bajo sus órdenes estallan levantamientos que son reprimidos sangrientamente por las fuerzas gobiernistas pero que son el anuncio de la rebelión final.

Crítica

Según Vargas Llosa, las críticas que se hicieron a la obra durante la mesa redonda del 23 de junio de 1965 serían válidas viéndolas desde un punto de vista sociológico. Obviamente, otro sería el análisis viendo a la novela como ficción literaria. En este aspecto, la obra también sería fallida, al carecer de un poder de persuasión interno, pues a decir del mismo Vargas Llosa, la descripción que hace de la sociedad peruana resulta profundamente falsa e inconvincente, no por apartarse de la verdad objetiva, sino por carecer de la fuerza propia que emana de los entresijos de la ficción.4 En otras palabras, no es muy convincente como ficción literaria.


Centenario de su nacimiento


En 2011, con motivo del centenario del nacimiento de José María Arguedas, se programaron diferentes actividades en honor al novelista indigenista. La primera de ellas fue la propuesta de que el Gobierno del Perú declare el 2011 como el Año del Centenario del Nacimiento de José María Arguedas, sin embargo, ésta fue dejada de lado y el 31 de diciembre del 2010 el presidente Alan García declaró el año entrante como Año del Centenario de Machu Picchu Para el Mundo, al conmemorarse también el centenario del redescubrimiento de la ciudadela inca en el 2011. La polémica sobre esta decisión continuó, puesto que muchos opinaron que fue una mezquindad no otorgarle el 2011 a uno de los más grandes estudiosos del Perúprofundo.
El día de su centenario, 18 de enero, se realizaron diversas actividades en su homenaje. En Lima, se organizó un pasacalle a cargo del TUC que salía del Congreso de la República, por la avenida Abancay, hacia el Parque Universitario, con el uso de carromatos, zancos, personajes típicos de la literatura arguediana. Allí se presentó la Acción Escénica que tomó textos, testimonios, poemas, fragmentos de obras, y figuras, como la del Zorro de Arriba y el Zorro de Abajo, usando máscaras, y un gran despliegue de actores. Luego se trasladaron a la histórica Casona de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, donde el Ministro de Cultura inauguró la muestra Arguedas y el arte popular.
En Andahuaylas, Apurímac, más de 5 mil personas desfilaron en un pasacalle por la ciudad desde las siete de la mañana acompañados de bailes folclóricos y la favorita de Arguedas, laDanza de tijeras. La celebración comenzó con una misa a las 7 am oficiada en quechua en la Iglesia de San Pedro, seguida de un repicar de campanas.19
En Bermillo de Sayago, población que le sirvió de estudio para su Tesis Doctoral Las Comunidades de España y del Perú, se realizó un Homenaje con el lema: Perú en el "Alma Sayaguesa", Bermillo de Sayago 1958, a la luz de Arguedas.
A lo largo del año 2011 se hicieron otras actividades en homenaje del escritor, pensador, investigador y gran peruano.

Todos los libros y obras de José María Arguedas

     Yawar fiesta

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BIOGRAFIA DE JOSE
MARIA ARGUEDAS
(Andahuaylas, 1911 - Lima, 1969) 

Después de realizar sus estudios secundarios en Ica, Huancayo y Lima, ingresó en 1931 a la Facultad de Letras de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos de Lima para estudiar Literatura. Entre 1932 y 1937 trabajó como auxiliar de la Administración Central de Correos de Lima, pero perdió el puesto al ser apresado por participar en una manifestación estudiantil a favor de la República Española.
Escritor y etnólogo peruano, renovador de la literatura de inspiración indigenista y uno de los más destacados narradores peruanos del siglo XX.
Sus padres fueron el abogado cuzqueño Víctor Manuel Arguedas Arellano, que se desempeñaba como juez en diversos pueblos de la región, y Victoria Altamirano Navarro. En 1917 su padre se casó en segundas nupcias (la madre había muerto tres años antes), y la familia se trasladó al pueblo de Puquio y luego a San Juan de Lucanas. Al poco tiempo el padre fue cesado como juez por razones políticas y hubo de trabajar como abogado itinerante, dejando a su hijo al cuidado de la madrastra y el hijo de ésta, quienes le daban tratamiento de sirviente.
En 1921 se escapó con su hermano Arístides de la opresión del hermanastro. Se refugiaron en la hacienda Viseca, donde vivieron dos años en contacto con los indios, hablando su idioma y aprendiendo sus costumbres, hasta que en 1923 los recogió su padre, quien los llevó en peregrinaje por diversos pueblos y ciudades de la sierra, para finalmente establecerse en Abancay.
Después de permanecer alrededor de un año en la prisión El Sexto, fue nombrado profesor de castellano y geografía en Sicuani, en el departamento de Cuzco, cargo en que descubrió su vocación de etnólogo. En octubre de 1941 fue agregado al Ministerio de Educación para colaborar en la reforma de los planes de estudios secundarios. Tras representar al profesorado peruano en el Congreso Indigenista Interamericano de Patzcuaro (1942), reasumió su labor de profesor de castellano en los colegios nacionales Alfonso Ugarte, Nuestra Señora de Guadalupe y Mariano Melgar de Lima, hasta que en 1949 fue cesado por considerársele comunista.
En marzo de 1947 fue nombrado Conservador General de Folklore en el Ministerio de Educación, para posteriormente ser promovido a Jefe de la Sección Folklore, Bellas Artes y Despacho del mismo ministerio (1950-52). En 1953 fue nombrado Jefe del Instituto de Estudios Etnológicos del Museo de la Cultura Peruana, y el mismo año comenzó a publicar la revista Folklore Americano (órgano del Comité Interamericano de Folklore, del que era secretario), la cual dirigió durante diez años.
A este cargo sucedieron el de director de la Casa de la Cultura del Perú (1963-1964) y director del Museo Nacional de Historia (1964-1966), desde los cuales editaría las revistas Cultura y Pueblo e Historia y Cultura. También fue profesor de etnología y quechua en el Instituto Pedagógico Nacional de Varones (1950-53), catedrático del Departamento de Etnología de la Universidad de San Marcos (1958-68), y profesor en la Universidad Nacional Agraria de la Molina desde 1964 hasta su muerte, ocurrida a consecuencia de un balazo que se disparó en la sien y que ocasionaría su fallecimiento cuatro días después. Fue galardonado con el Premio Fomento a la Cultura en las áreas de Ciencias Sociales (1958) y Literatura (1959, 1962) y con el Premio Inca Garcilaso de la Vega (1968).
“Arguedas sentó las bases de una verdadera cultura andina, nos reencontró con nuestras propias raíces; le dio altivez a las manifestaciones autóctonas, destacó la cultura popular, en suma, considero que Arguedas es una autentico héroe civil” (Carlos Zúñiga, 2002: 27).